Embalse de Santillana

  • Permitidas mascotas
  • Adecuado para niños
  • Patrimonio natural

Paraíso de protección para las aves acuáticas

Un largo proceso de creación para una noble y ambiciosa empresa de abastecimiento. Ahora, es uno de los lugares predilectos para la nidificación, la migración y la observación.

Embalse de Santillana

A finales del siglo XIX, se gesta una enorme empresa para abastecer de luz y agua a los barrios del norte de la capital. Esta empresa, patrocinada por Joaquín de Arteaga y Echagüe, XVII Duque del Infantado, supuso un gran cambio para nuestro municipio.

En 1907, el rey Alfonso XIII pone la última piedra de la presa inaugurando una preciosa construcción que, con siglos de diferencia, reproduce las formas renacentistas del Castillo Nuevo de los Mendoza. Lo que nadie sabía entonces es que sería un paraje tan importante para las aves acuáticas.

Hoy en día, el Embalse de Santillana es un pequeño edén para ornitólogos, observadores de aves y amantes de la naturaleza en general.

Ingeniería histórica y patrimonio natural

Poca gente conoce su origen y en lo que se ha convertido. Aquí te ofrecemos algunos datos que te ayudarán a comprender la importancia de este lugar.

El origen del Embalse de Santillana es una auténtica aventura que comienza en 1897, cuando el capitán de ingenieros, Manuel del Río, proyecta el abastecimiento de agua y energía eléctrica a Colmenar Viejo gracias a saltos hidráulicos en el río Manzanares. Un año después, en 1898, recibirá el derecho de aprovechamiento de 2.000 litros de agua por segundo de dicho río para dar estos abastecimientos, no solo a Colmenar Viejo, sino a Fuencarral y a Madrid.

Joaquín de Arteaga y Echagüe, XVIII Marqués de Santillana y XVII Duque del Infantado, ve en este proyecto un negocio floreciente del que, en ese mismo año, adquiere los derechos y lo convierte en su empresa personal: comienza con el proceso de autorizaciones y derechos sobre parte del caudal del río Manzanares que conseguirá en 1900, presentará el proyecto de la enorme presa en 1902 y el 20 de enero de 1905 constituye la Sociedad Anónima Hidráulica Santillana.

Aunque la presa y las centrales hidráulicas no entraron en funcionamiento hasta 1908 y no dieron servicio a Madrid hasta pasados más de 10 años, en 1907 se inauguró la obra con la presencia de S.M. el Rey Alfonso XIII, que colocó la última piedra en un acto simbólico y de ovación rodeado de grandes personalidades de la época, como Luca de Tena, Aguilar, el Conde de Romanones, Segismundo Moret, el Marqués de Torrelaguna o Manuel García Prieto.

Pero el Embalse de Santillana fue un duro golpe para muchos vecinos de Manzanares El Real y su territorio, ya que la creación de tamaño proyecto conllevó, desde 1906, la expropiación forzosa de más de 37 fincas privadas y parte de la Dehesa Boyal de Colmenarejo, de propiedad municipal y uso comunal, además de las derivaciones de la carretera que llevaba a Colmenar Viejo y varias vías pecuarias. Miles de hectáreas quedaron anegadas por el agua que se embalsaba gracias a la nueva presa, todas las tierras de cultivo y pasto de la vega de Manzanares El Real que constituían el sustento del pueblo. La Sociedad Anónima Hidráulica Santillana abonó indemnizaciones a todos los damnificados, pero las tierras más ricas del municipio se perdieron para siempre.

A partir de 1965 se suceden una serie de acontecimientos que darán un giro total a la empresa del Marqués y abocarán en su desaparición. En este mismo año se hace patente la necesidad de aumentar el abastecimiento de agua a la capital, por lo que el potente Canal de Isabel II se convierte en el accionista mayoritario de la Hidráulica y adquiere su control; ahora, el Canal tiene los derechos de todo el caudal del río Manzanares y proyecta una nueva presa que duplicará la capacidad de la anterior, hará desaparecer casi por completo la antigua bajo las aguas y obligará a derivar, nuevamente, la carretera y varias vías pecuarias.

Esta moderna presa en escollera, que vemos actualmente en el Embalse de Santillana, se construye en menos de un año y se inaugura el 14 de junio de 1971. Ante la fuerza que adquiere el Canal con esta empresa, en 1990 se le trasfiere toda la gestión, explotación, tratamiento y conducciones del embalse lo que conllevará, inevitablemente, a que lo compre definitivamente en 1991.

Embalse de Santillana - acordeón 1

Después de la construcción de la Presa de La Almendra, en Salamanca, la nueva presa del Embalse de Santillana fue un auténtico hito de la ingeniería española.

De 40 metros de altura, recoge la totalidad del caudal del río Manzanares y permite acumular el doble de volumen de agua que la antigua presa, es decir, de 47,6 Hm3 que recogía la anterior a 91,2. Pero este hecho, más allá del aumento de la capacidad de abastecimiento que proporcionó, provocó la inundación de la antigua presa casi en su totalidad.

La primera presa del Embalse de Santillana, la que lo creó y le da su nombre, no solo fue una obra magna para los conocimientos de ingeniería de la época, sino que se concibió como un monumento artístico que, hoy en día, y a pesar de no poder verse por completo, sigue siendo todo un símbolo de nuestro municipio.

Desde el punto de vista técnico, fue una de las primeras presas en España que se concibió bajo el método de Sazilly, que mejoraba la mecánica racional utilizada hasta la fecha y resolvía perfectamente los cálculos necesarios para evitar el deslizamiento de los cimientos, aguantar las presiones y crear un perfil de las presas que llamó de igual resistencia. Es cierto que Sazilly concibió este método con muros de paramento escalonado, que facilitaban el cálculo de presión y resistencia, pero los ingenieros optaron por suavizar las formas de nuestra presa al modo que hizo Delocre en la Presa de Furens, en Goufre d’Enfer. Además, y para aumentar su resistencia al empuje del agua, levantaron sus muros en dos arcos con curvatura que cerraron en el centro con la torre de toma.

Más allá de estos aspectos técnicos, tan importantes para su época, destaca a simple vista la estética renacentista de esta obra que la transforma en monumento artístico y cultural, puesto que todo el complejo se diseñó para estar en consonancia con el Castillo Nuevo de los Mendoza, herencia y propiedad del mismo Duque.

Al igual que el castillo, la presa se realizó en mampostería de granito perfectamente labrado, sus muros fueron decorados y coronados con almenas al estilo de la barbacana, la puerta de la margen izquierda reproduce la puerta de entrada con los matacanes de la fortaleza y la torre de toma, además de reproducir esta misma puerta en su base, se alza de la misma manera que la torre ochavada del homenaje.

En su afán de reproducción, se respetaron las formas fortificadas, las saeteras, las cornisas de mocárabes en piedra, la coronación almenada e incluso los bolardos característicos del gótico isabelino tan propios de los siglos XV y XVI. Pero destaca especialmente la torre de toma en su parte más elevada, donde la galería cerrada se inspira en la misma que Juan Guas proyectó en el Castillo Nuevo, como ejemplo del gótico toledano que él mismo instauró en la Catedral de Toledo o en el Palacio del Infantado, en Guadalajara.

Finalmente, no podemos dejar de nombrar el escudo del linaje Mendoza que se presenta grabado en el centro de la torre principal, escudo que daba cuenta, a todo el que se acercase, del propietario del embalse y de su territorio.

Embalse de Santillana - acordeón 2

Nadie se podía imaginar que, casi 100 años después de su construcción, el Embalse de Santillana se convertiría en uno de los principales lugares de reserva, protección, migración y nidificación de aves acuáticas de la Comunidad de Madrid.

Ya desde la década de 1960, Félix Rodríguez de la Fuente venía a estudiar las aves del embalse en su afán naturalista y conservador. De hecho, tal era su apego a este paraje que consiguió construir dos observatorios a orillas del agua para ayudar a facilitar y divulgar el respeto, la admiración y los conocimientos sobre las aves de la zona.

Poca gente sabe que, desde principios del siglo XX, el Duque repobló de peces el embalse en varias ocasiones introduciendo la carpa y el lucio, entre otros, adecuando este espacio para la pesca deportiva y la pesca de consumo en la comarca. Estas introducciones de peces, además del clima mediterráneo y las temperaturas cada vez más suaves, han hecho del Embalse de Santillana un lugar especialmente favorable para que las aves migratorias pasen aquí la temporada de descanso, y para que algunas ya no migren y se queden todo el año.

La variedad de aves que viven y descansan en el Embalse de Santillana es enorme, y no en vano fue declarado Reserva de la Biosfera por la UNESCO en 1993 al pertenecer al Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares, además de estar protegido por el Catálogo Regional de Embalses y Humedales de la Comunidad de Madrid y ser una de las IBA (Área Importante para la Conservación de las Aves).

Embalse de Santillana - acordeón 3

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